EL CLIMA ORGANIZACIONAL DURANTE Y POST PANDEMIA.
Por:
Daniel Olmos
Daniel
es estudiante de último año de Comunicación Social de la Universidad Mayor de
San Simón, estudió comunicaciones en la Universidad Privada de Tacna (Perú) y
en la Universidad de Tarapacá (Chile) al ser ganador de la beca CRISCOS.
También estudió Derecho en la Universidad Privada del Valle. Fue periodista
deportivo en radio FIDES y Radio San Simón, así como Docente auxiliar de la
Universidad Mayor de San Simón en las materias de Antropología Cultural y
Radio. También fue futbolista jugando en las inferiores del club Aurora y en el
primer equipo de: Cochabamba FC, Universitario San Simón, Independiente,
Petrolero y LAN.
Resumen:
En
el presente artículo se trata de desarrollar y contrastar dos unidades
temáticas, por un lado el clima organizacional (según George Litwin y Richard
Stringer) y por el otro la sociedad de riesgo y la brasileñización del trabajo,
(postulados teóricos de Ulrich Beck), analizando la relación entre ambas unidades
bajo el asecho de una variable nueva en nuestra comprensión de la realidad; La
pandemia del Covid - 19.
Es
sabido por todos que la comunicación, la administración, el trabajo y toda
forma de vida existente, tal cual la conocíamos hasta ahora, ha sufrido y
sufrirá para siempre cambios in imaginados y sin precedentes, todo esto por la
pandemia del Covid – 19. Los cambios empresariales tienen fuertes tendencias hacia
el hecho inminente de mantenerse en nuestras vidas a corto, mediano y largo
plazo. Todos los negocios, grandes y pequeños están teniendo modificaciones en
su planificación, administración, identidad, atención al cliente e incluso hay
algunos emprendimientos que cambiaron por completo sus objetivos, migrando de rubros,
clasificaciones y acomodando todo su aparato productivo a unas nuevas
industrias emergentes y hacia nuevos mercados.
Se
tiene entonces un panorama donde cada actividad empresarial y administrativa
sufre modificaciones en todos sus niveles. En el presente artículo, se evaluará
y se realizará un análisis actancial, con referencia al presente y porvenir del
clima organizacional dentro el campo de estudio de la Comunicación
organizacional, dentro las empresas, y en las instituciones públicas.
El clima
organizacional.
Antes
de comenzar con el análisis, se debe establecer con claridad lo que se entiende
por clima organizacional para desglosar con mayor facilidad lo que construyamos
a continuación. Todo con un afán
netamente didáctico.
Se
tiene entonces que: “El clima
organizacional es el ambiente generado por
las emociones de los miembros de un grupo u
organización, el cual está relacionado con la motivación de los empleados. Se
refiere tanto a la parte física como emocional y mental”. (Weinert, 1985: 19) Como se puede identificar en la cita, el
clima organizacional generalmente se refiere al ambiente existente en una
fuente laboral y en los factores emocionales que podemos identificar dentro de
la empresa.
Sin embargo Zapata Gunnar va más allá e
incide que: “El clima organizacional puede convertirse en mediador para que las
personas desarrollen procesos creativos e innovadores: formando un entorno
donde se pueda tener una mayor identidad
con la organización, apertura al cambio, autonomía y trabajo en equipo”.
(Zapata, 2019: 210) De acuerdo a los escritos y el pensamiento de otros
profesores de la administración, Zapata amplia la definición de clima
organizacional y categoriza su contenido.
Comprendiendo cada uno de estas definiciones
se puede concluir que el clima organizacional involucra: La comunicación,
relaciones interpersonales, emociones, percepciones, autonomía, apego hacia la
identidad corporativa y representaciones en general, que el personal de una
empresa tiene con referencia a la comodidad o disconformidad de pertenecer a
esta. Es decir la conducta emotiva y colectiva que asume el personal.
Sociedad de riesgo y brasileñización del
trabajo.
El siglo XX, fue el periodo de mayores
cambios en la historia de la humanidad, procesos jamás antes vividos en otra
era. En el lapso de apenas cien años algunos países tocaron la cúspide del
desarrollismo modernizador y llevaron hasta su límite a la sociedad industrial,
Lo que ocasionó revoluciones sociales, políticas, económicas y culturales, nunca
antes imaginadas por el hombre, quien con asombro observaba los límites de su
especie y de lo que podía construir, devorar y consumir.
El período posterior a la aparición de estos
fenómenos industriales, es denominado académicamente como “Posmodernidad”, es
decir básicamente la era después de que ocurriera la debacle de la sociedad industrial
y de consumo. Académicos debaten subjetivamente de cuando, es el punto de
quiebre y el comienzo de esta posmodernidad, algunos lo sitúan en el cambio de
milenio, otros en la aparición y popularización de la internet, la caída de la
Unión Soviética, la caída del World Trade Center el de 11 de Septiembre de 2001
y recientemente hay quienes creen que el comienzo de la posmodernidad se da en
2020 tras la aparición del Covid – 19 y el desencadenamiento de una pandemia
global.
Ante esta lógica posmoderna se tiene a un
gran grupo de pensadores quienes anuncian las características de este nuevo
mundo e incluso se animan a vaticinar pronósticos de lo que va a suceder,
pasado este tiempo. Entre ellos aparece la figura del sociólogo Alemán Ulrich
Beck quien desarrolla un concepto paradigmático para explicar la en ese
entonces futura posmodernidad y sus inevitables consecuencias en nuestras
formas de vida. Nace entonces el concepto de: Sociedad de riesgo. La sociedad
de riesgo es el nombre que Ulrich Beck le da a esta realidad incierta y a
momentos distópica que vivimos. Ulrich Beck, la define como: “Una forma
sistemática de lidiar con peligros e inseguridades inducidos e introducidos por
la propia modernización” (Beck 1992: 35) A decir de Heinz Bude una
sociedad del miedo.
La sociedad de riesgo según Beck
además es: “Una síntesis sociológica de un momento
histórico del período moderno en que este es
despojado de sus componentes centrales, motivando una serie de debates,
reformulaciones y nuevas estrategias de dominación. Se trataría de una sociedad
posindustrial, en el sentido en que las matrices básicas de la modernidad y su misma correlación
de fuerzas han cambiado sustancialmente” (Beck 1992: 24). La
sociedad de riesgo cambia por completo las percepciones humanas de la
concepción de la vida misma, modifica sus hábitos, su pensamiento, pero más
importante para entender el presente artículo; Modifica su trabajo y el clima
laboral, creando nuevos fenómenos dentro de la empresa uno de ellos; “La
brasileñización del trabajo”.
¿Qué es la brasileñización
del trabajo? El termino es un juego de palabras que usa Ulrich Beck donde
explica que en un mundo posmoderno y en una sociedad de riesgo occidente y el
mundo entero va a sufrir en sus empresas, las mismas características que un
país sub desarrollado como Brasil, donde la brecha entre ricos y pobres es insalvable
y donde el trabajo cae en un hacinamiento y sufre innumerables cambios en su
estructura y funcionalidad.
“La precariedad del trabajo
en la era de la globalización, desarrolla la noción de brasileñización de
Occidente para aludir a la precarización del trabajo en los países
económicamente desarrollados. Sin advertir su eurocentrismo, recurre al ejemplo
de Brasil como opuesto de la americanización cultural
que, en teoría, provoca la globalización, con la intención de dar un nuevo
sentido a las transformaciones del mercado laboral. Así, la americanización cultural es la consecuencia
manifiesta de la globalización, mientras que la brasileñización laboral
aún estaría en un estado latente, pasando inadvertida” (Beck, 2007: 48).
A decir de Ulrich Beck el
trabajo se modifica hasta llegar a una precariedad en todos sus niveles, él
categoriza estos cambios con caracteres relativos a: La individualidad excesiva
del empleado, el trabajo en casa, la fractura del espacio laboral, aumento del
desempleo, reducción de salarios, informalidad en el registro de los empleados
hasta llegar a un punto donde se produce quebrantamiento de las relaciones
laborales dentro la empresa.
“Oleadas de racionalización
tecnológica y cambios en el trabajo y la organización social, pero además de
eso incluye mucho más: el cambio en las características sociales y las vidas
corrientes, cambios en el estilo de vida y las formas de amar, cambio en las
estructuras de poder e influencia, en las formas de represión y participación
política, en las percepciones de la realidad y en las pautas de conocimiento.
En la comprensión de la modernidad por las ciencias sociales, el arado, la
locomotora a vapor y el microchip son indicadores observables de un proceso
mucho más profundo, que abarca y reforma toda la estructura social” (Beck, 2007: 48).
Los cambios en el trabajo
durante la pandemia del Corona Virus, son increíblemente evidentes y son
observables para todos. Personas con barbijos en los trabajos, decenas de
rubros aún en cuarentena, trabajo desde domicilio, delibery, etc. Las formas en
las que se conocía el clima laboral han sufrido y sufrirán durante mucho tiempo
aún más modificaciones perversas que nadie esperaba ni creía posibles.
La
sociedad de riesgo y la brasileñización del trabajo en el clima organizacional
durante la pandemia.
¿Cómo
se puede entender la brasileñización del trabajo y la sociedad de riesgo en su
afectación al clima laboral? Pues se abordará el tema, tomando las categorías
referentes al clima organizacional y como cada una de estas se relaciona con
los postulados de Ulrich Beck. Para George Litwin y Richard Stringer, el clima
laboral puede medirse a partir de 8 variables: Estructura, responsabilidad,
recompensa, desafío, cooperación, relaciones, estándares e identidad. Lo que se
hará a continuación es analizar cuanto se ven afectadas estas variables durante
la pandemia del Covid 19, tomando como enfoque los escritos de Beck antes
mencionados.
Estructura:
La estructura dentro el clima organizacional
para Litwin y Stringer es: “La percepción que tienen los miembros de la
organización, acerca de la cantidad de las reglas, procedimientos y trámites
referidos a la burocracia que enfrentan en el desarrollo de su trabajo”
(Zapata, 2019:214). Esto se refiere principalmente a la burocratización de los
procedimientos internos de la empresa, mientras más dilatados y lidiosos sean todos los procedimientos internos menos felices son los empleados, es decir es menos bueno es el
clima organizacional.
Ahora
bien; ¿Cómo es el estado de la estructura y la burocratización en las empresas
durante la pandemia? La conclusión es sencilla; la burocracia aumentó durante
la cuarentena, todos los procedimientos internos se ven dilapidados por la
mediatización tecnológica de la comunicación. Si bien antes se podía solucionar
algo llegando a la oficina del jefe, hoy el distanciamiento social complica
todo, burocratiza más todo en lo absoluto, a nivel de empresas privadas y
entidades públicas, es visible incluso como las micro empresas que tenían una
relación más horizontal, hoy están obligadas a marcar distancia entre sus
empleados y empleadores.
Responsabilidad:
La responsabilidad podría resumirse en la autonomía
que tiene el empleado con referencia al proceso de toma de decisiones sobre sus
funciones en él trabajo. En la pandemia el empleado adquiere más
individualización y autonomía, sin embargo, como dice Beck, esto es por demás
un peligro, porque lo aísla, le quita contacto con el otro, con el amigo, con
la secretaria que le pareciese atractiva, con el grupo de compadres de los
viernes, con la tribu social que representa ser parte de una empresa. La
consecuencia más terrible de este punto es no solo que el sujeto ya se
encuentra afectado en su clima laboral si no que se independiza tanto que
pierde empatía y nunca más pensará en el otro.
Recompensa
y remuneración: La pandemia global no termina en
una crisis sanitaria y en una afectación al derecho a la vida de las personas,
si no que nos muestra su peor cara en la creación de la crisis económica más
brutal de los últimos 70 años. Es inevitable que al frenar en seco la actividad
económica de los países, se produzca una grave recesión y por lo tanto muchas
empresas grandes, medianas y pequeñas están obligadas a apretar el cuello y
hasta cerrar.
El
empresario no está dispuesto a perder dinero a costa de arriesgar el futuro
financiero de su familia y no dudará en despedir intempestivamente a sus
empleados, son miles las denuncias de obreros y empleados que son obligados a
firmar sus renuncias, para la evasión del pago de beneficios sociales. Los
créditos son escasos, solo se asoman a costa de intereses descomunales,
mientras tanto la burguesía financiera sigue engordando. Por ello otra afectación al clima laboral
será un presente y un futuro donde gran parte de la población reciba un sueldo
mínimo y una remuneración escasa.
Desafío:
El desafío corresponde a una variable que representa
al sentimiento de cumplimiento de metas, de motivación organizacional, de
conquista y de avance dentro la carrera laboral. El desafío hoy, entra también
en una brasileñización. No hay incentivo ni lo habrá después de esta pandemia. Si
te contratan de vendedor de hamburguesas tú nunca vas a aspirar a ser gerente,
no hay manera de llegar, al menos a mediano plazo no existe la esperanza de
promoción, estarán todos enfangados en un congelamiento de su trabajo tanto en
la promoción como en su salario (esto si no hay una reducción salarial o
despido), por la simple razón de que a tras de un empleado habrán decenas de
cientos de tipos que están a la caza de su puesto laboral, así este sea de remuneración
mínima.
Cooperación
y apoyo: Esta variable básicamente representa el
grado de ayuda que existe entre las líneas verticales y horizontales que se dan
en las organizaciones. Es decir, el espíritu de equipo y solidaridad interna,
tanto entre jefes y empleados. Hoy en plena pandemia podemos decir que este
concepto existe escasamente y tiene riesgo de no existir más. Es lógico que
esto suceda porque nadie es capaz de preocuparse por alguien que no conoce en
persona, solo lo ve por una pantalla de 500 bitz o peor aún solo lo ha visto
con el rostro completamente cubierto por un tapabocas, guantes y lentes de sol.
No hay capacidad empática ante ese escenario, el tipo que ves con esas
características no es tu compañero, no es tu amigo, es un foco de infección
potencial, es un bicho, te causa miedo, es peor que la nada. Por tanto estos
sujetos nunca se van a ayudar de nuevo, o al menos no de la misma manera que lo
hacían antes.
Relaciones:
El proceso interactivo de conocimiento, valoración, significaciones y afecto
está simplemente destruido y fragmentado. Como se explicaba en el título
precedente, las relaciones o están mediadas por tecnología o no existen ya, se
han deshecho. Cuando se prohíbe y recibe un castigo moral el abrazo, el beso o
el sexo en la oficina, un apretón de manos es un acto que expresa más que solo
confianza.
Estatus e Identidad: ¿Para
qué maldita cosa te serviría hoy llegar en un Mustang o en un BMW al
trabajo en plena pandemia? ¿Existen tapabocas Calvin Klein o Coco Chanel?
Seguro que sí, pero eso no sirve para nada por lo menos durante la enfermedad.
Las personas no están preocupadas por él bastón social o por él status en este
momento, porque las personas hoy solo quieren vivir y ruegan por su seguridad.
En un análisis Massllowneano las personas primero deben cubrir sus necesidades
de supervivencia y seguridad antes de preocuparse por el reconocimiento.
Ahora se replica la pregunta: ¿Va generarle
Status al empleado, ser abusado, denigrado económicamente, explotado con tareas
tecnológicas, que dicho sea de paso las debe cumplir desde su casa pagando su
propio internet, su propia luz, su propio papel y su propia computadora o yendo
al trabajo para rodearse de tipos con máscaras de gas? La respuesta contundente es no. ¿Se sentirá
el empleado con estas circunstancias identificado con la empresa y con la
marca? Es sinceramente casi imposible, a no ser que el enfoque del clima
organizacional se modifique para siempre.
Conclusiones.
Hemos
retrocedido como especie y como humanidad, le hemos dado al trabajo un
significado sumamente precario y más parecido a la esclavitud durante este
tiempo. Gracias a esta pandemia el individualismo y la falta de empatía nos
tienen presos en nuestros hogares, presos de la agonía y del miedo que nos
produce el mundo exterior y el otro, ver cara a cara a tu compañero es un
recuerdo del olvido y la crisis financiera que se avecina es una incógnita para
nuestras vidas en el futuro.
Con
toda esta atrocidad que nos tiene a su merced, llegamos al día del fin del
clima laboral, tal cuál lo conocemos, el clima organizacional está muerto o al
menos herido de gravedad, en el presente artículo se ha analizado cada uno de
los componentes que representan el concepto de clima laboral y se ha concluido
que cada una de sus categorías (status, relaciones, cooperación, etc.) han sido
dilapidadas a un estado de podredumbre y precariedad, jamás antes vista.
Las
medidas de imagen corporativa que se llevan durante la crisis sanitaria, tales
como: solidaridad con los empleados, confraternizaciones a través de internet,
spots motivacionales, no son más que simples placebos que asume la empresa para
enmascarar una realidad nefasta y que se fagocita a las víctimas indirectas y
directas de esta coyuntura, distópica e irreal. La propaganda típica de finales
del siglo XX que retumbaba el eslogan de “un empleado feliz es un empleado que
produce más” ha muerto. Las empresas deberán reinventarse al terminar la crisis
sanitaria y deberán modificar para siempre los esquemas y postulados que tenían
hasta ahora acerca de clima organizacional, claro si es lo que les conviene.
Bibliografía.
- Beck, Ulrich “La sociedad de riesgo”, Londres: Sage Publicaciones.1992
-
Beck, Ulrich “Un nuevo mundo
feliz”, la precariedad del trabajo en la era de
la globalización. Barcelona: Paidós.
- Bude, Heinz “Sociedad del miedo”.2017
- Litwin, George y Stringer Richard “Motivación y clima organizacional”, B Fox.1968
- Marín, L. A. “La comunicación en las empresas y organizaciones”, Barcelona: Bosch. 1997
- Reyna García, Victor Hugo “Ulrich Beck y el malestar del trabajo”, Universidad Autónoma Metropolitana de México.2017
-
Weinert, Ansfiert. “Manual de psicología de la organización”, Barcelona:
Herder.
- Zapata Zurita, Gunnar José “Administración de empresas de comunicación”, Cochabamba. 2019
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