ELECCIONES EN SAN SIMÓN
Este jueves 29 de octubre se vive en nuestra casa superior de estudios una fiesta electoral, una fiesta electoral que está precedida por conflictos significativos, no solo para la San Simón, sino también para todo el país. Está precedida por dos elecciones nacionales, una fraudulenta y dibujada burdamente con crayones azules y la otra no es nada más y nada menos que la viva imagen del síndrome de Estocolmo.
Las elecciones rectorales son la demostración de que el personaje oscuro ha triunfado, por eso ahora se marcha triunfante hacia la puerta grande, tiene la protección de el electo. Tristemente San Simón está sumergida profundamente en los abismos de la mediocridad, el autoritarismo y la ambición.
Este jueves escogemos al individuo que continuará lo que el anterior Rector deja inconcluso. Obviamente como toda buena democracia autoritaria no pueden faltar los inhabilitados y los frentes opuestos que rinden pleitesía al mismo santo. Es imposible pensar en una universidad tan libre y democrática como la nuestra, tan académica, tan responsable y actualizada.
Hasta me sorprende que la universidad se encuentre por debajo del puesto 300 en el ranking de universidades en Latinoamérica (según la QS World University Ranking).
La ambición ha trascendido los altos cargos de la universidad y hasta los administradores de grupos en WhatsApp se sienten capaces de silenciarnos cuando nuestra plegaria esta dirigida en otra dirección. Te eliminan si escribes mal el nombre de su patrón y alegan que osaste faltarle el respeto, obviamente no puedes faltarle el respeto de esa manera frente a ellos porque este sujeto está profundamente sacralizado. La defensa de una pega es mucho más importante que la consciencia y lamer botas esta mejor visto que pensar por ti mismo.
Aunque todo lo que dije es una practica antigua no deja de ser el más bajo comportamiento que puede existir.
En esas condiciones se convocó a elecciones rectorales, con la bandera de la democracia y el autoritarismo izadas en el mismo mástil. Este jueves 29 de octubre tenemos una fiesta electoral, lastima que son muy pocos los que pueden celebrar, los demás procuren no hablar bonito en los grupos de WhatsApp, escriban con faltas ortográficas los nombres que sean escogidos y sobre todo no se callen, si tienen suerte los eliminan y si no por lo menos se van a reír un poco con las respuestas de los lamebotas.
Por Julio Rafael Torrico Orellana
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