ATILA
Y LOS HUNOS
“El azote de Dios” fue el nombre que se dio
a las incursiones de Atila y los hunos, al ser estas tan despiadadas.
El origen de los hunos no es claro. La migración
de los hunos se dio a mediados del siglo IV, fue cuando aparecieron en el
panorama romano, dejándolos atónitos. Los hunos finalmente se asentaron en la
Gran Llanura Húngara, en el que se encontraba el corazón de su “imperio”.
Por décadas los hunos fueron mercenarios o
saqueadores, lo cual los caracterizaba y difundía temor en el Imperio. En el
año 434, tras la muerte de su líder Rua, sus sobrinos Atila y Bleda se
convirtieron en los líderes. En 441-442 se dio la primera campaña. En el 445
Atila mandó a asesinar a su hermano Bleda, logrando así quedar como único líder
de los hunos. Lo años posteriores Atila y los hunos realizaron invasiones en el
imperio de occidente.
Tras la invasión del 452, los hunos
regresaron a la Gran Llanura Húngara en la que Atila planeó la siguiente
invasión. Esta no llego a cumplirse por la repentina muerte de Atila en la
noche de su boda. Tras este suceso la confederación huna se deshizo y los
pueblos subyugados a este abandonaron a sus amos.
Las expediciones de Atila fueron tan despiadadas
que un dicho quedó para la posteridad: “Por donde pisaba el caballo de Atila no
volvía a crecer la hierba”.
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