NI CREAS QUE ESTA TAN CHIDO SER FEMINISTA
La persona que este
leyendo esto debe disculparme, se supone que debo escribir sobre la segunda ola
del feminismo. ¡Entonces! Déjenme les cuento. Desde siempre eh visto el
feminismo como un lugar errático, caótico. Un mundo lleno de mujeres salvajes,
diferentes, rebeldes.
Una piscina en la cual
te sumerges cada vez más profundo, y sin darte cuenta muchas de tus opiniones
cambian, tienes una diferente perspectiva y te das cuenta que no era tu culpa
llevar shorts ajustados aquella noche.
Las mujeres se vuelven
feministas desde su propia historia, y asimilar que uno es parte de un
movimiento tan mal visto es difícil, se defiende con timidez algunos ideales;
cada día encuentras diferentes problemáticas con miles de experiencias y miras
al mundo con otros ojos, te decepcionas algunas veces, y empiezas a perder
amigos. En su gran mayoría hombres, no porque necesitan pensar igual, pero la
incompatibilidad emocional y personal patea más fuerte.
Solo ves cómo cada día
gente a la que tú crees importarle hace burla de tus ideales, observas a tus
amigos hablar con la persona que te lastimó, saben del delito, lo encubren. A
todos les parece normal.
Entonces entiendes que
este tipo de vida como “moda” ni vale la pena. Tanta gente que creías agradable
Entonces: ¿Por qué no
simplemente dejar el feminismo, abandonar unos cuantos ideales y adaptarme?
¡Oh no! Mareos y
flashbacks agresivos de momentos incómodos por ser mujer vienen a mi mente,
injusticias, bromas pesadas, traumas con mi propia sangre menstrual, acoso
callejero, etc. Todos recuerdos malos que prefiero ignorar y dejar en las
catacumbas de mis memorias.
¿Realmente es justo que
las niñas tengan que atravesar situaciones tan desagradables solo por nacer
niñas? ¿No debería la sociedad dejar ciertos tabúes para dejar de
hipersexualizar a las mujeres desde temprana edad? ¿No debería una chica poder
usar una falda sin ser acosada? ¿Enserio debo agradecer a mis acosadores porque
“ni estoy tan buena”? miles de preguntas me azotan, parece ser que la lucha aún
no termina, que todavía vivo bajo la sombra de mi propio género.
Nadie quiere joderse la
vida siendo feminista teniendo que exigir cosas obvias, mientras tratas al
mismo tiempo de que no te maten.
No hay comentarios.