NUESTRA TRISTE CHARLA POLÍTICA
Estas siete palabras
son repetidas a menudo por la gran mayoría de personas: “mejor no hablemos de
política, son estupideces”. Una pregunta frecuente que algunos amantes del arte
político se hacen es: ¿por qué la gente no habla de política? La verdad, no
creo que la gente no hable de política, todo es política, la gente si habla de
política, después de todo según Aristóteles somos seres políticos.
Lo cierto es que tanto
las personas que repiten la idea de la estupidez política como las que se
preguntan si la gente habla de política tienen una percepción equivocada de los
temas políticos, generalmente cuando se menciona “la política” se relaciona con
los partidos políticos y con cual te robará menos para darle tu voto en las
próximas jornadas electorales, entiendo
que la gente odie hablar sobre esos temas, generalmente porque siempre se
termina discutiendo al encontrarse posturas diferentes, pero es triste que
hasta los senadores y diputados, personas que supuestamente representan al
pueblo en la toma de decisiones, piensen que hablar de política es discutir
como tu partido se queda más tiempo en el poder.
Las charlas de país se
han extinguido, esas charlas de análisis profundo son solo vagos recuerdos,
porque seamos sinceros criticar sin proponer tampoco es muy productivo, hablar
de política es, en términos sencillos, debatir sobre educación, intercambiar
ideas sobre salud, discutir sobre tu derecho y mi obligación o viceversa,
hablar de política es sobre todo convocar reflexiones. En el principio de la
democracia que nosotros conocemos, la griega, existía un hombre muy hablador y
muy sabio, se llamaba Sócrates, él concebía la política como la discusión de
ideas, es más, se paseaba por toda la polis preguntando a la gente sobre
política y no precisamente preguntado si el senador “X” estaba cumpliendo con
su deber constitucional, cuestionaba a los ciudadanos de la polis sobre su
opinión con respecto a la justicia, a la salud, a la educación, en resumen
hablaba mucho de política, claro que la definición de “ciudadano” ahora es muy
distinta de la griega.
Sócrates afirmaba que
la sabiduría se construía en el intercambio de opiniones, incluso la mayoría de
sus grandes ideas surgieron después de algunas charlas. Antes eran comunes las
conversaciones sobre un proyecto de país, las grandes concepciones nacionales
han surgido de intensos debates sobre conceptos que parecemos entender y que
desconocemos de manera alarmante. Ahora, nos dijeron que la política son
netamente partidos políticos y lamentablemente les creímos, por eso no se
discute la política.
Por
Julio Rafael Torrico Orellana
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