INVISIBLES
Históricamente los jóvenes han sido partícipes en procesos electorales pero no de la manera como deberían. El juego es así, los jóvenes proponen y demandan sus necesidades en ámbitos sociales, políticos, culturales, económicos y los gobiernos los ignoran en todos esos ámbitos. Por ello, el rol que cumple el sector juvenil en la política ha sido y es invisibilizado, menospreciado y poco reconocido.
Su
participación se ve truncada, manipulada y utilizada arbitrariamente al antojo
de los altos mandos de los partidos políticos, donde los jóvenes son solamente
usados para promocionar acciones políticas o para actividades como el pintado
paredes, repartir volantes, pegar afiches, lo cual se entiende que es parte de
la campaña electoral. Pero no son los únicos espacios ni las únicas diligencias
donde los jóvenes podrían participar, todo esto conduce a una insatisfacción y
decepción por parte del sector juvenil.
Es
urgente que todas las fuerzas políticas cedan espacios para el desarrollo de
acciones y propuestas provenientes de sectores juveniles, de lo contrario se
está desperdiciando potencial que podría lograr grandes trasformaciones en
políticas públicas. Según datos del Consorcio Boliviano de Juventudes, en las
próximas Elecciones Generales 2020, la participación juvenil en candidaturas no
supera el 24 % en ninguno de los partidos políticos. JUNTOS, COMUNIDAD
CIUDADANA y MAS-IPSP tienen un mayor número de jóvenes incluidos para puestos
de suplencia. ADN, CREEMOS, Y FPV tienen mayor porcentaje de candidaturas
jóvenes para puestos de titularidad. Hay que recalcar que de todas las
candidaturas el 57 % son para puestos de suplencia y 43 % para titularidad.
Es
extremadamente sustancial una participación juvenil activa para las Elecciones
Generales 2020, donde haya verdadero involucramiento en temas de gestión
pública y en propuestas sostenibles que tengan un alcance real y favorecedor
para las juventudes. También es importante reconocer al sujeto joven como un
sujeto político y capaz de hacer cambios trascendentales.
Por
último, decirle a los adultos, a los viejos y nuevos políticos, y a la sociedad
en general que dejen de universalizar a los jóvenes porque no somos todos
iguales, no tenemos los mismos intereses, ni proyectos de vida y que nuestra
juventud no nos hace menos capaces de ser dignos representantes en espacios
políticos, sociales y culturales. Y solicitarle al próximo Gobierno que tenga
la capacidad de crear políticas que generen oportunidades de participación a las
juventudes tomando en cuenta nuestros diversos intereses, preocupaciones y
aspiraciones.
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