CALLEJÓN SIN SALIDA
Las
contiendas electorales traen consigo diferentes reacciones y comportamientos de
los candidatos como agresiones o hasta disparates en discursos, todo es valido
para ganar votos, el medio no importa, la silla presidencial es el objetivo. Lo
comicios electorales que se avecinan no son la excepción.
La
caída de los candidatos en las encuestas publicadas no es una sorpresa, después
de todo los políticos que Bolivia tiene como candidatos presidenciales no
merecen al día de hoy ni el 20% de los votantes inscritos, los que están limpia
y honestamente inscritos claro, sin embargo, la amenaza de un nuevo gobierno
masista aun atormenta al país.
Es
entonces el tiempo de la guerra sucia, a ver ¿Quién robó menos? ¿Cuál está
menos manchado? Las acusaciones, amenazas y el victimismo, en algunos casos, se
apoderan de las participaciones en medios públicos, es triste leer en los
periódicos: “¿Dónde estaba el candidato “X” o “Z” cuando…?”. El cinismo es
impresionante, los candidatos incompetentes y las alternativas nulas,
desgraciadamente.
La idea de buscar un país mejor ha quedado
atrás, incluso, me atrevería a decir que la palabra “país” no existe en el
diccionario de nuestros partidos políticos. Por estas y otras interminables
razones la gente se refiere a la política como el mayor mal de nuestra
sociedad, un calificativo que obviamente debería aplicarse a los políticos y no
propiamente a la política.
¿Cuál
viene siendo la solución entonces? Lamentablemente no puedo llamar al voto
blanco o nulo porque se constituyen en la peor elección para los votantes y la
mejor para el MAS, el voto a partidos que no le hacen competencia al fraudulento
azul tampoco son una opción. Es inevitable estamos ante en un callejón sin
salida, solo nos queda elegir a nuestro mejor mal y como van las cosas se pinta
de naranja con verde.
La
manera de tradicional de hacer política no va a desaparecer en un tiempo considerable
porque, al parecer, nadie se interesa en la política de la misma manera en la
que lo hacían antes o por lo menos eso demuestran, tenemos que generar un
cambio en la forma de hacer política es cierto, pero los cambios llevan tiempo,
así que por lo pronto y desde las próximas elecciones elijamos basándonos en la
siguiente pregunta: ¿Qué candidato tiene ideas mínimamente aceptables?
Por
Julio Rafael Torrico Orellana.
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